Las situaciones con las que se encuentra el profesional son parecidas y por eso la forma de actuar es distinta. La gran diferencia es que en la ortodoncia para adultos la persona ha finalizado el crecimiento y por tanto no podremos contar con éste, ni como aliado en unos casos, ni como enemigo al que vencer en otros, a diferencia del niño, en el que la ortopedia constituye una parte importante de nuestro quehacer cotidiano.